En las naciones donde hubo reclamos, las fuerzas de seguridad reprimieron a los manifestantes con escudos, bastones, gases lacrimógenos, rifles e incluso ametralladoras. Esta reacción desmedida acabó con cientos de vidas. Millones de personas deben luchar para conseguir alimento a causa de las enormes disparidades e inequidades, exacerbadas por la adopción de políticas económicas de corte neoliberal, como las dispuestas por casi todos los países africanos en los últimos 30 años. Esas políticas favorecieron los intereses de las grandes corporaciones en perjuicio de la población y permitieron que un puñado de empresas se arrogaran el virtual monopolio de la cadena alimentaria. Antes del advenimiento del neoliberalismo en la década del 80, muchos gobiernos africanos, como el de Tanzania, asistían a los pequeños agricultores de sus países mediante diferentes subsidios, incluso a la investigación, el transporte y los servicios de procesamiento. Tras la independencia de Zimbabwe en 1980, el gobierno, incluso, subsidió semillas, abono y equipos necesarios para los pequeños agricultores. Los países africanos aplicaban altos aranceles a la importación de alimentos básicos como maíz, arroz y otros granos para proteger a pequeños y medianos agricultores de la competencia desleal y de los precios más bajos de los productos extranjeros.
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